Carne de Reloj

Que hermosamente lenta me veía el viernes por la noche en el kilometro 253 carretera a ciudad Juárez, mientras que dos varones se hablaban de diseño, fotografía y dinero..... y el tercero completamente sano me contaba el miedo que le provoco---- otra vez hablando de los porques y de que "fue lo mejor".

Formando hilos de letras que nacian de sus labios humedos a pesar del clima, lo mire mirando la línea y luces rectas infinitas; para en pequeños instantes que fueron eternidades mirarnos fijamente a los ojos esperando o buscando que algo nos pasara.

Sentía mi quijada pesada cuando tardaba en emitir sonidos, había olvidado que es el primer sintoma, igual que aquella vez cuando las dos moleculas de hidrógeno y la de oxigeno me saludaban en el vaso de agua.

Mis pupilas dilatadas absorbiendo los miles de colores que me encontraron y los poros que al
tomar su mano me sorprendieron con una pequeña flama que no podía disminuir el frio del kilometro 254.

Los cuatro escuchamos voces que nos invitaban a bajar del auto. Él me acompañó y pacientemente helado compartió el goce que me trajo tener entre mis manos la fina arena que preludea a la frontera.

¡De que manera me congele y de que forma lo disfrute!....

El regreso al auto fue desesperado a sabiendas que no sería más acogedor sino propiciaba el eco de los constantes latidos de mi corazón.... acelerando, acelerando, acelerando, contaba uno... dos... doscientos... cuatro.... doscientos cincuenta y seis .... pronto llegaremos, pronto llegaremos y esto sólo fue la mitad de la luna, me falta la otra parte.... los chicos de atrás la tomaron completa, yo prefiero por partes.

Posteado por maritsol el Monday, November 21, 2005 a las 8:44 AM | Permalink