Es como volar cuando vuelas con una tacha
Eso me dijo Lalo Arredondo antes de subirme al globo aerostático de Nuevo México.
En un principio me sentí emocionada cuando empezaron a inflarlo... tanto material de "no se que" te ayuda a volar por un ratito. Mi compañero de vuelo fue un camarógrafo de un canal de cable, me preguntó -"¿tienes miedo?"-, muy segura respondí que -"no"-.
Conforme crecia, empece a sentir un poco de nerviosismo, sin embargo mi emoción era más grande que el mismo aerostático, subí a la canastilla y conforme se elevaba mi sonrisa hacia lo mismo... me di cuenta de la belleza de la experiencia cuando nos posamos justo arriba de otro, fue como descubrir algo nuevo que me revelaba a pausas el rojo del globo.
La experiencia definitivamente es fascinante, incluso cuando el aire nos favorecio rumbo a Juárez.
Las personas que pasaban por el periférico me decian adiós y por alguna razón yo respondia con infantil galanura.
Nuestro piloto era uno de esos gringos agradables, que te explican y te hacen parte de la travesia y "en plan de juego", a Dios sepa cuantos metros de altura, brincó sobre la canastilla para abrirnos bien grandes los ojos y después del leve shock, los tres empezamos a brincar y reir.
15 minutos en el aire y volvían a resonar las palabras de Lalo -"es como volar, cuando vuelas con una tacha"-..... yo creo que no, porque volar en globo es muy pacífico, tranquilo y extremadamente hermoso...
Más bien creo que cada vuelo tiene sus propias alas.
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