Juego Lerdo
Me parecía interesante la combinación de líneas y labios escuetos, que a pesar de ello no perdían su rubí.
En un inicio mi juego era divertido pues sólo consistía en la formación mental de pequeños campos semánticos, mientras esperaba la figura de aquel que anoche coqueteaba con estilo.
No puedo quejarme de su misterio, al contrario, me alegraba la simpleza y naturalidad del baile actuado, aunque no lo hiciera con el afán de seducirme a mí, como otras tantas noches.
Sin embargo ahora ya me he acostumbrado a no ser el botón de su rosa, -pero bueno, supongo que de eso le hablaré luego-...
Por ahora puedo decir que mi combinación avanzó: el coche plateado, el paraguas amarillo, el rombo rojo...el...color...Agrupándolos, ahora, por grupos de dos letras y descartando los números primos.
"Don´t lie"...Estaba fuera de contexto a pesar de la voz peculiar que me lo repetía y me lo multiplicaba. Luego, -como siempre-, dividirlo entre dos y volver a empezar mi juego infantil para matar el tiempo de espera.
-Lo conocí en invierno-, él sobre un cojín plateado y yo en el sillón blanco del lounge que se perdía en el de mi blusa... mi bufanda roja daba algo de calor al espacio que se me ofreció ocupar...él un tanto sobrio con su sweter negro.
Siempre ha sido tan apegado a los colores de la temporada -usted sabe: los claros en verano, café en otoño, negro en invierno. Aunque también se deja llevar recatadamente por las tendencias...¿Prefiere que continúe explicando mi juego?-
No es cuestión de genios -sabe-, sólo es simple. A veces pienso que todos tenemos esa clase de juegos mientras vemos una película tediosa, vamos en el metro, comemos solos, antes de dormir o hasta cuando tenemos sexo sin ganas.
Dando un poco de novedad, integré las líneas con los grupos de dos letras; en un principio dudando de que se pudieran mezclar en mi juego el arte visual con las matemáticas y las letras... No me costó mucho trabajo lograrlo. Recolecté en archivos las palabras anteriormente seleccionadas y con un sólo "click" aparecieron...-los labios escuetos...el rubí...el lounge con su sillón blanco... el invierno...el paraguas amarillo...el rombo rojo...-
Después me regalé las imágenes más significativas que además agrupadas en grupos de dos y divididas en el par, no fueran a terminar en números primos.
Sólo pasaron la prueba los labios escuetos, el sillón del lounge y una foto extra del daikiri cherry que bebimos compartido esa noche.
Ya con la terquedad explotándome en la cabeza, como suele pasar con frecuencia, conté los aplausos que engalanan "Bebot" -¿Ha escuchado esa canción?. Disculpe que no recuerde el nombre del autor-
¡Whatever! son más de cien y no era cifra prima. Incorporé la cantidad a mis grupos pares, formé otro archivo y ahora siendo más exigente con su terminación "dos", escogí la fotografía ganadora.
-¿Le gusta?...Un amigo pudo acomodarla en una exposición sobre calle Mazatlán en la Condesa-
Mateo y yo solemos tomarnos fotografías; en ratos por antojo y en otros por ocio -usted sabra, ese derecho al que tenemos derecho; aunque suene estúpido y redundante-.
-Si lo desea, ahora podemos hablar de Mateo- dijo el analista.
La chica se agrupó el cabello negro con familiaridad y se aclaró la garganta... -¿Mateo?...Mateo nunca deja el ipod, no me ha de escuchar y es seguro que no saborea mi lip stick en el daikiri que pido para ambos cada viernes en el mismo lounge...¿Acaso no se da cuenta que él sólo justifica mi juego lerdo?
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