Carne de Reloj

Estaré sentada con la brisa coqueta de las seis, justo después de que me hable el reloj de Catedral. Respiraré sobria y esperando su figura mezclada con tabaco y café... a eso me sabían sus labios...

Si llega su llegada, invernando la mirada estática y constante, viéndome sin mirar, con garbo tomará el lugar planeado e improvisará los gestos cuadrados que armarán sutiles líneas en el fondo de ángeles y demonios... a pesar de su natural seducción no me sentiré embriagada.

En un inicio actuaré simple, fresca, bella y envuelta en un fino aroma de indiferencia, sin importarme la perversidad de su rostro hasta cierto punto femenino.

Mi primer desgaste será la sencillez de hoy, lo pulcro del lugar, y su presencia en la ausencia.

Tomaré fuerzas de la única ventaja que poseo, acomodaré la blusa roja que se unifica con el atardecer de mi piel, él con sus manos recorrerá el perfil de mi rostro para debilitarme, caminará por mi cuello y delineará con la mente el resto del contorno.

Antes de emitir cualquier sonido él y yo sabremos a que nos hemos reunido
... a una pelea....
a un tango de lenguas que no pienso perder.

Posteado por maritsol el Monday, December 12, 2005 a las 5:30 PM | Permalink